Entre nubes de café

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nubes de café

Cada mañana,
casi a las siete,
sueño que es lunes entre nubes de café.
No te hice caso,
y habrás podido comprobar
que este pulso lo gané.

(fragmento de No te detengas)

Nunca pensé que fuera posible soñar con un lunes. Sí, todos hemos sufrido pesadillas con ese día, pero me refiero a soñarlo con una connotación positiva. Te aseguro que se puede. Y se debe, porque no es sano atravesar un infierno cada siete días.

Para llegar a ese punto se necesitan varias cosas: tener claras tus prioridades, ser lo suficientemente cabezón y rodearte de la gente adecuada.

Tener claras las prioridades se traduce en dar importancia a las cosas que realmente la tienen, y comprender que el resto es prescindible. Tenerlo claro significa dejar de dar rodeos, ir directo al grano. Invertir cada minuto en acercarte un poco más a tu objetivo.

Ser cabezón es necesario para defenderse. Para defenderse de las personas que ponen en duda tus ideas, pero sobre todo para defenderse de uno mismo. Porque cuando las barreras las tiene uno dentro, hay menos hueco para maniobrar. Menos espacio para saltarlas.

Y qué te voy a contar sobre rodearte de la gente adecuada… Esto, que es lo más importante, es lo que menos esfuerzo requiere. Qué curioso, ¿verdad? Si mantenerte cerca de alguien te supone un sacrificio constante, permíteme que te lo diga: esa historia no funciona. Eso tiene que caminar solo, como si una mano invisible lo fuese empujando.

Vivir en una nube. Tan fácil como te lo cuento.

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