Puede que no sepas qué es un hook, pero te aseguro que ya has escuchado más de uno. Se encuentran en la mayoría de las canciones. ¿Quieres saber de qué estoy hablando?

Índice del artículo
Un hook es un gancho musical
Ya que salió el tema en el programa de radio del jueves pasado, voy a ir tirando del hilo. Un hook es un gancho. Me apresuro a decir, para los amantes del boxeo, que no se trata de calzarle una hostia al oyente para que esté atento y escuche tu canción. Un hook es un gancho para «enganchar» a la audiencia, pero de una forma un poco más sutil.
James Jamerson, The Hook
No hay que confundirlo con The Hook —el apodo de James Jamerson—, un maravilloso bajista que trabajaba para la Motown. Le llamaban así porque tocaba el bajo con un solo dedo.
¿Y qué tiene eso de especial?
Pues que lo habitual, en el misterioso mundo del bajismo, es tocar con dos dedos: el índice y el corazón. Ya hablaremos de este señor con más calma.
Hook, la película
Tampoco hay que confundirlo con Hook, la famosa película de Steven Spielberg. Si no tuviste infancia —por decisión propia o ajena— puedes convalidarla después de ver Hook cinco veces. Pero no de cualquier manera: tienes que hacerlo en domingo, en pijama y tirado en el sofá o en el suelo. Si la ves sentado como una persona normal, no vale.
En ella, junto al desaparecido Robin Williams —dando vida un Peter Pan madurito— y Julia Roberts —haciendo de Campanilla—, aparecía Dustin Hoffman interpretando al Capitán Garfio.
¿Y por qué la película se llama Hook?
Porque los angloparlantes —como el tío Steven— no dicen «Capitán Garfio», sino «Captain Hook».
Volviendo al hook musical
Pero vamos a lo del gancho musical, que es el concepto que nos interesa.
El hook es un elemento de tu canción que le proporciona al oyente un motivo para engancharse a ella. El hook es eso que se repite en su cabeza una y otra vez. Para entendernos, la función del hook es crear yonquis musicales, gente que vaya tarareando con la mirada perdida.
Unas veces es algo que te agrada, como el riff de guitarra de Smoke on the water. Otras veces es una pesadilla sonora, como el «waka waka eh eh» de Shakira o el «11-8-88» —sí, me refiero al anuncio de la tele—. ¿Quién no se ha visto martirizado por una de estas melodías?
Yo sí, desde luego. Alguna vez me he descubierto a mí mismo llamando a este número y cantando «waka waka». Y ellos, como en el chiste, me han respondido con un «eh eh».
Te olvidas del grandísimo MERCADOOONA, MERCA-DO-NAAA… Jajajajaja
¡Jajaja! ¡Sí, señor, Peneka! Mi más sincera enhorabuena al autor de esa melodía del infierno. Es poner un pie en el Mercadona y ponerme a cantar.
Y que pasa con MovieRecords?
Otro taladro, aunque no me afecta tanto como el de Mercadona.