El setlist, por si alguien no lo sabe, es la lista de canciones que vas a tocar en un concierto. Y a un setlist le pueden ocurrir muchas cosas malas, como las que os voy a contar.

Es una hoja de papel, no puede dar tanto juego como para escribir un artículo.
Bueno, eso lo dices porque nunca has tenido que echar mano de uno. Los setlists son una fuente inagotable de disgustos. Fíjate, puede pasar de todo.
Índice del artículo
El tamaño de la letra no es lo suficientemente grande
En la mayoría de los conciertos, esto es lo que solemos pensar los herederos de Hans Topo cuando vemos el setlist. ¿Por qué hay unos márgenes de 5 cm en la hoja? ¿Para tomar apuntes?, ¿para poner el afinador ahí? No cometas este error; aprovecha el espacio y los miopes te estaremos eternamente agradecidos.
La tipografía es inadecuada
Cuando el encargado de hacer el setlist no tiene problemas de vista, suele brotarle una vena artística que lo empuja a hacerlo con letras góticas, por ejemplo. Esto, aparte de barroco, es un atentado contra el topismo, porque no se entiende una mierda.
Está en la furgoneta
Existe la mala costumbre, desde tiempos muy lejanos, de comenzar los conciertos con cierto retraso. Mi teoría es que esto se originó el día en el que alguien, justo antes de subir al escenario, dijo «¡me cago en la puta, el setlist está en la furgoneta!». Hoy en día, aunque el setlist esté en su sitio, los conciertos se retrasan por respeto a esta bonita tradición.
Está mojado
No creas que estás a salvo una vez que empieza el concierto, no. El setlist te la puede jugar en cualquier momento. Si se moja, se pone transparente, se corre la tinta… total, que no se ve.
Esto pasa cuando dejas una cerveza al lado del setlist y cuentas con un torpe entre tus filas. El torpe es esa persona que camina como si sus pies fueran más pequeños de lo que realmente son. Es como si llevara puestas unas botas cinco tallas más grandes y no calculara las distancias. A esto se le llama tener patitas de hámster.
El hámster puedes ser tú mismo, uno de tus compañeros o un colega. El caso es que con uno es suficiente. Un solo hámster, sin la ayuda de nadie, se basta para tirar todas las cervezas que se encuentren sobre el escenario.
Si estás pensando en atar al hámster a un pie de micro, lo que obtendrás al finalizar el bolo es un pie de micro roto, así que no lo hagas.
No está
Directamente. Estaba en el escenario y de repente se ha ido. Esto es habitual cuando tocas al aire libre. El aire libre, como su propio nombre indica, sopla cuando le da la gana y se lleva las cosas a otro lugar.
Por eso es conveniente fijar el setlist en el escenario con cinta, con chinchetas o con cualquier cosa que un hámster no pueda tirar al suelo.
Recordad esto, amigos: si hay setlist, hay problemas. ¿A quién no se la han jugado alguna vez?
Si pasas lista a los «patitas de hámster» levanto la mano…
No puede ser más cierto todo lo que escribes, con ese estilazo que engancha…
Os narro una experiencia propia con el Set List.
Comienza el concierto y los amigos del guitarrista, en un alarde de amistad, secuestran los 5 Set List y los rompen en mil pedazos.
Resultado: set list oral…
-¿Cual va ahora?
-Creo que «Mi tiempo»
-¿Como empieza?
-Joder, pues en Mi (Mi tiempo).
Es toda una experiencia, que no recomiendo.
¡Jajaja! No levantes la mano, ¡levanta la patita!
Qué maravilla de amigos, oye. Te quitan el setlist para que no te preocupes de lo que le pueda pasar.