Cómo atravesar un muro

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Muro de ladrillos
(foto de Martin Wessely)

Tenía tantas ganas de ponerme de pie…
y, de repente, nada;
mi montaña rusa mantenía el movimiento.
Cada vez más vacío, me intenté demostrar
que el fuego está encendido
si la chispa de resucitar se lleva dentro.

Puedes estar toda tu vida en movimiento, pero eso no significa que seas tú quien decida hacia dónde. No es lo mismo acelerar por la inercia de un empujón que atreverse a hacerlo.

En el primer caso, si te encuentras con un muro, barajarás dos opciones: frenar a tiempo o cambiar de dirección. Total, ni siquiera sabes qué hay al otro lado, no sabes por qué te diriges hacia allí. En el segundo caso, la única opción será atravesarlo.

Cualquier idiota que ha aprovechado una cuesta abajo puede tirar del freno o dar un volantazo en un momento dado. Pero si tu única opción es atravesar un muro, vas a necesitar algo más aparte de velocidad: vas a necesitar fuerza.

¿Fuerza de la de ir al gimnasio y dar hostias como panes? No tiene por qué. No todos los muros están hechos a base de ladrillos.

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