
De nada me sirvió gritar
(fragmento de Entre tú y yo)
pidiendo otra oportunidad
que, a veces llega, a veces no…
a veces hace que la voz
se vaya ahogando en el local.
Una buena oportunidad no se pide, no se mendiga.
Una buena oportunidad se gana; normalmente, a base de trabajo, sudor y cabezonería. Debes atraerla, creando un campo de gravedad. Una vez que se encuentre orbitando a tu alrededor, sólo es cuestión de tiempo que un día pase lo suficientemente cerca.
No supliques por una buena oportunidad. Gánatela. De lo contrario, lo más probable es que no sepas cómo aprovecharla, ni diferenciarla de una oportunidad normal y corriente.