Ayer ya me dejaron cantar un poco: «Metedlo un rato en la pecera, que desde ahí por lo menos podemos bajarle el volumen».

(foto de Enrique Santiago)
¿Cómo se graban las voces?
Para grabar las voces también te encierran, a ver qué os vais a creer… y encima te apagan la luz, los cabrones. Menos mal que yo, que soy muy cuco, llevo las letras de las canciones escritas en amarillo fosforito y brillan en la oscuridad. Hay que estar en todo.
Además, como soy primo de Hans Topo, estoy acostumbrado a no ver una mierda. Es mi estado natural.
¿Y qué hay que hacer?
El tema consiste en ponerse delante del micro y cantar. Ah, y en tener cuidado con las erres, que si las pronuncias demasiado fuerte pareces King África. Luego se trata de ir siguiendo las instrucciones que te van dando por el pinganillo: «pégate más al micro», «ahora, aléjate un poco», «siéntate, dame la patita», «por favor, sácate el entrecot de la boca, que casi no se te entiende».
¿Y no tuvisteis visita?
Claro que sí, amigos. Por allí se pasaron Gabi (el tipo del dobro) y el Polluelo (nuestro ex, aunque nos seguimos enrollando). Vinieron los dos en el caballo de Gabi, cantando la banda sonora de Brokeback Mountain. Por cierto, guapísima banda sonora. Sobra decir que se quedaron a comer y que se pusieron como dos gochos.
Hoy continuaremos con las voces. Los pepinos ya están casi en su punto.