
(foto de Luis Manzano)
—Hacerlo me relaja mucho. Es una especie de ritual para mí. Lo hago todas y cada una de las mañanas. Yo solo. En silencio. La mayoría de las veces ni siquiera enciendo la luz. Y es curioso: cuando estoy haciéndolo, siempre tengo la sensación de que hace buen día.
—¿Masturbarte?
—No, no, te estoy hablando de hacer café.