Parece una tontería de pregunta, ¿a que sí? Pues no lo es. Si quieres saber por qué, tendrás que seguir leyendo.

Una mañana en la que estaba ocioso se me ocurrió hacer un experimento: cogí un balón que tenía en casa y bajé a la calle. Ignorante de mí, me dirigí al banco más cercano, entré y pregunté por el director de la oficina. En un primer momento me dijeron que no podía recibirme, que estaba liado. «No pasa nada, espero aquí, que tengo toda la mañana libre».
Sólo me dio tiempo a regatearme a una señora y romper un jarrón sin querer. Enseguida se abrió la puerta del despacho: «Pase de una puta vez, que me va a joder usted todo el mobiliario».
Dramatización de los hechos
—¿Sabe qué es esto? —dije yo, señalando mi balón.
—¿Cómo dice?
—Que si sabe usted qué es esto.
—Es un balón.
—Ya, pero dígame algo más. ¿Qué es para usted un balón?
—Es una pérdida de tiempo y yo soy un hombre muy ocupado. Fuera de mi despacho.
Qué queréis que os diga… me pareció una respuesta un poco pobre y esperaba más de una persona con traje y corbata, pero era tan válida como cualquier otra.
«Quizá sea interesante la opinión de un futbolista», pensé. Así que me fui a un campo de fútbol a ver si encontraba a alguno. Cuando llegué allí había mucha gente y me costó decidir a quién le formularía mi pregunta. Me decanté por uno que estaba sentado en un banquillo, con una copa en la mano. «Algo habrá ganado», sospeché.
Dramatización de los hechos
—¿Sabes qué es esto? —dije yo, señalando mi balón.
—Claro. Es un balón.
—Ya, pero cuéntame algo más. ¿Qué es para ti un balón?
—Es una forma de ganarme la vida.
Esto me resultó más interesante, pero seguía sin satisfacerme del todo. Sabía que se me estaba escapando algo y no sabía qué era.
«A lo mejor mi colega, el que escribe canciones, me puede ayudar», se me ocurrió. Fui a su casa y le pregunté, sin paños calientes.
—A ver si tú me puedes aclarar qué es esto —dije señalando el balón—, que cada uno me dice una cosa distinta y me están volviendo loco.
—Pues es un balón, pero para algunas personas será también una pérdida de tiempo; para otras, una forma de ganarse la vida, un juguete o incluso un arma con la que romper jarrones.
—¿Y qué es para ti?
—Para mí todo eso son ideas para hacer canciones.
Y así comprendí, queridos amigos de los pepinos, que nada es simplemente «un balón». Siempre es algo más, dependiendo del punto de vista desde el que se mire.