Una canción está compuesta por diferentes secciones. Esto es tan obvio que suele pasarse por alto a la hora de componer. Necesitamos que nuestras secciones sean distintas, y eso se puede conseguir de varias formas.

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Qué hacer para que el oyente no se aburra
Lo vuelvo a decir. Las secciones de tu canción tienen que ser diferentes, porque de lo contrario tendrás la misma sección todo el rato. Puede que tú —que eres quien ha escrito el tema— sepas cuál es cada sección, pero tienes que marcárselo al oyente de forma clara. Si no, corres el riesgo de que tu canción le aburra. Y no quieres que eso suceda, ¿verdad?
Lo que necesitas es generar contraste entre las secciones de tu canción. Así conseguirás que la audiencia no pierda el interés. Te voy a dar 3 ideas para conseguirlo.
1. Añadir o quitar instrumentos
Llega el estribillo y aparece una guitarra que antes no estaba. Con ese detalle tan tonto puedes obtener el contraste del que te hablo. Entra en escena un elemento nuevo, y con eso es suficiente. Un ejemplo tan claro como contundente lo tienes en Creep, de Radiohead. Justo antes del estribillo (0:58) entra una guitarra con mucha distorsión que hasta ese momento no había sonado. En este caso, llega dando unos golpes secos y agresivos, avisando de lo que está por venir.
¿Y funciona al revés?, ¿quitando instrumentos en vez de añadirlos? Claro que sí. Si no, que se lo pregunten a Taylor Swift. Al comenzar uno de los estribillos de Mean (3:07) desaparece casi toda la instrumentación. Sólo se quedan las voces y unas palmas.
Porque la voz también es un instrumento. Y muy potente, por cierto. Si lo que quieres es algo un poco más sutil, prueba añadiendo un coro de fondo, como Mr. Big en Going where the wind blows (0:47).
2. Cambiar de tonalidad
Subir la tonalidad en uno de los últimos estribillos es un recurso mítico. ¿Cuántos tonos? Pues depende, pero a veces con medio tono sobra. Mira la que lía Michael Jackson en Man in the mirror. Después de cantar una estrofa, el primer estribillo, otra estrofa y dos estribillos más (2:52), se arranca con el cuarto. Eso sí, subiéndolo medio tono; con eso consigue que no sea un coñazo. Además, por si no lo terminas de pillar, lo hace justo cuando canta la palabra «change». Menudo cabronazo.
3. Cambiar la longitud de las notas
Esto es algo que a simple vista puede pasar desapercibido. Fíjate en lo que ocurre en Rolling in the deep. Cuando Adele va cantando la letra de las estrofas, las sílabas son cortas. Pero cuando llega el estribillo (1:10), aparte de cantar con más intensidad, alarga la última sílaba de cada frase. Es decir, hace algo que no hacía en la sección anterior.
Comentario final del Dr. Pepino
Yo te he dado 3 ideas, pero como podrás imaginar, las formas de crear contraste son infinitas. Seguro que tú tienes tus propios trucos para generar contraste. Dime cuáles son, que los quiero probar en mi próximo pepino.
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- Isla de Palma, de Antonio Flores. Un análisis de la melodía de esta canción, para que veas cómo se genera contraste entre la estrofa y el estribillo.