«Idiota», de Nena Daconte: Qué pasa si aguanto la misma nota durante toda la canción

Comparte, no seas mohíno:

¿Estás repitiendo la misma nota porque no tienes claro cuál sonará bien después? ¿O estás repitiéndola aposta, porque sabes cuál es el efecto que genera? Voy a contarte qué es lo que sucede cuando haces eso y vas a poderlo comprobar tú mismo en el ejemplo del final.

Nena Daconte - Idiota
Ésta es la cara que se te queda si aguantas la misma nota todo el rato.

Tensión y relajación

En la música, todo gira en torno a estos dos conceptos: tensión y relajación. Cada vez que mueves una nota, cada vez que cambias de acorde, estás añadiendo o restando tensión. Nos movemos entre estos dos extremos continuamente, aunque no seamos conscientes de ello: ahora aguanto el acorde, ahora lo cambio por éste otro, ahora guardo silencio, ahora canto más fuerte… En resumen, tratamos de jugar con la energía.

Y dicen los entendidos que la energía no se crea ni se destruye: se transforma. En la música esto no es una excepción; por eso te recomiendo que aprendas a dirigirla, a manipularla, para conseguir el efecto deseado.

Cómo acumular energía

Puedes acumular energía de mil maneras. Intentar enumerarlas todas sería como tratar de ponerle puertas al campo, así que sólo pretendo resaltar una opción. Para acumular energía, lo que puedes hacer es no moverte. Quedarte quieto, muy quieto.

¿Te refieres a que no pegue saltos mientras toco la guitarra?

No, no estoy hablando de tu cuerpo. Estoy hablando de tu música.

Hay que joderse, qué místico te pones a veces…

Me refiero, por ejemplo, a aguantar la misma nota —o el mismo acorde— durante un buen rato. Es más complicado de lo que puede parecer. Cuanto más tiempo lleves aguantando esa nota, mayor será la tensión, y tu oído te va a pedir a gritos resolver esa tensión cambiando de nota.

¿Y por qué iba a querer hacer eso?

Para reunir toda esa energía en un mismo punto… y luego liberarla.

Sería todo un detalle que me pusieras un ejemplo de esto.

Ejemplo: Idiota, de Nena Daconte

Atención al ejemplo que he escogido, porque no sé si habrá otro más claro para mostrar lo que te estoy contando. Es una canción de Nena Daconte que lleva por título Idiota. Un título muy del Dr. Pepino, por cierto.

Pon la canción. Escuchas esa nota que suena desde el principio, ¿verdad? Eso es un do. Si el do es tu nota favorita, éste debería ser tu tema de cabecera. Porque esa nota está sonando de principio a fin. Como te decía, la canción se llama «Idiota», pero bien podría haberse llamado «Do todo el rato».

¿Me lo puedes poner en un pentagrama?

Claro que sí, hombre. Tú pide por esa boquita. Pincha aquí, dale al play y escucha ese do a modo de martillo pilón.

Creo que con 4 compases es suficiente, pero si te va la marcha puedes volver a ponerlo las veces que quieras.

Volvamos a la canción. Fíjate en lo que ocurre durante el primer minuto. Únicamente escucharás dos cosas: la voz de Mai Meneses y nuestro querido do de fondo. La voz se va moviendo, pero el do está quieto. Durante ese minuto, lo que están haciendo es generar tensión. ¿Y qué van a hacer después con toda esa energía acumulada? Liberarla; en este caso, lentamente.

Añadir movimiento

Para ello, añaden otra melodía: añaden movimiento. Es como pinchar una rueda y dejar que el aire vaya escapándose poco a poco. He de decir que, con tanta tensión acumulada, en este punto les habría funcionado cualquier sonido: podrían haber metido ahí un violoncello, un teclado, el rugido de un puma o un speaker de tómbola diciendo «perrito piloto». Esto es lo que ocurre en el 0:59 del vídeo.

A partir de aquí van apareciendo más instrumentos, más melodías, más movimiento. La canción te puede gustar o no, pero creo que quien la diseñó sabía perfectamente cómo manejar la energía.

Comentario final del Dr. Pepino

¿Te ha parecido interesante? Pues compártelo, que seguro que a tus colegas, por muy punkis que sean, también se lo parece 👇

Comparte, no seas mohíno:

Deja un comentario